miércoles, 18 de abril de 2012

ENTERADO

Como a alguien, te comes a ti mismo
El hombre acostumbrado a matar cien murciélagos de un tiro
Ahora, antípodamente les has fallado a todos
A su madre, a sus hermanos, a su esposa, a su amante, a sus vecinos, a los portafolios, no puede con todo eso
Es imposible que le haga el bien a alguien siquiera a una mosca media muerta, por Dios que si
Ese que ha hecho jaque mate en cada umbral, el que ha reído mejor que nadie al último momento, no puede arar en nada
Ese que se ha salido con la suya, cuyos ultimátum son su única pastilla, su única revolución, lo único que se lee en su testamento
Ese que estado en el infierno y ha regresado, vivito y mojando a mujeres congeladas
Ahora no cree satisfacer al mismo Dios, viviendo, así mismo solo por estar casado, se ha encerrado, no puede hacer ninguna dedicatoria, nada que lo haga reaccionar, pecar
Espera a su esposa, a la cual ha zarandeado en una olla
El catolicismo se lo come de pies a memoria, de ánimos a nariz, lo ata y estrangula, ya no puede recurrir a la lujuria porque se ha casado, no puedes huir, nevermore
Mejor no se hubiera casado, mejor no se hubiera enterado?
No, no puede ser, el ama pero no es suficiente, no lo aman? O es que este mundo de sus huevos se ha colgado, rásgalo, rásgalo, mídelos e invade
No quiere nada más, quiere evaporarse, ya es suficiente, ya no quiere ver mas ojos vertiginosos, hospitales depredadores, mas dudas a cada sorbo, mas los mismos días sentados parados, desbalijados, mas la depresión, que está en cada voz
Es por el abandono de su mujer, que no se comunica o se la ha tragado la tierra? no hay nadie quien más la quiera, solo él.

jueves, 12 de abril de 2012

EL CAJON DE LA TORTUGA 8

Carajo! Exclamé, al observar tan horrorosa escena, la tortuga alardeaba a los nadie que lo observaban:
Ya no osarás a abrir más mi cajón, araña hijo de puta, parloteaba la tortuga mientras abría y cerraba el esqueleto de la mandíbula y el maxilar del infortunado, al cual había asesinado, falseando cada palabra de la historia el cajón de la tortuga que él había creado, usando como ventrílocuo al arácnido hombre fingiendo que narraba cruelmente, así lo cogía con unas prótesis de dedos hechas de platinas y que ella maniobraba tan hábilmente, como nunca lo hizo con su verguita.

Ahora seré el amo de finca, la coca será mi amo sin necesidad de horarios ni esconderse, seré el pastor del mundo de laboratorio, aquí señalada la hora en que de nadie tendré que ser amigo se acabó la asepsia, el orden, se acabó el tener que aprender de alguien que en realidad no ha tenido mas logro que el de subsistir y tirarse pedos de alcohol putrefacto, no tendré que rendirle cuentas a san atrofia, ni despertar temprano a verlo siempre borracho o limpiarles sus baños color marica con mierda hasta en las paredes, y lo mejor de todo no abrirás mi cajón del tesoro mas preciado que Dios pudo haberme dado. La tortuga había supuesto que la araña había manoseado, sustraído y consumido su droga exquisita al haber notado que al recibirlo esa noche en que se había introducido al túnel estaba manchado con coquita, justo en coincidencia con que él había dejado sin llave su cajón en la comodita de su cuarto toda astillada pero bien barnizada de un claro como así lo prefería, cosa que él nunca había hecho, siempre había procurado el mas responsable y dedicado cerrojo, vigilancia y ocultamiento a este vicio que lo ponía como loco pero no loco para asegurar su cajón con una cerradura confeccionada por el mismo con una pequeña maquina de soldadura que había robado en la estación de los perros policías.

Lo había recibido como de costumbre con atención y sonriente pero al notar los restos del polvo atrás en la espalda al verlo caminar hacia la sala todo monstruo y ruidoso tan pausadamente mucho mas de lo normal por estar ebrio, se acercó y se abalanzó hacia su cuello como jugueteando, hay lindo… hay tortuguita pícara… le había cantado la araña, y al aspirar la tortuguita solo para cerciorarse, porque reconocería el alcaloide a metros de distancia, la tortuga puso cara de piedra y enojo color rojo, una rabia antes nunca probada en él le estaban llenando los estancos de su cuerpo de una repentina demencia, instantánea sin ningún calibre, en eso solo se le ocurrió la velocidad de su crimen haciéndolo al arácnido reposar en su sillón en el que le hacia masajes, en la sala enorme y de estilo 2020, le dijo que le traería el vodka y unos manís, unos manatíes fritos con sopa de alverjas y le dijo que lo esperara poniéndole a ver un video sobre como se reproducen las arañas, esperando como 10 minutos al termino de ese periodo la tortuga regresaría con el rifle de la araña que había cogido del baúl que ésta tenia mas abierto que puerta de iglesia en domingos, con todo desinterés y provocación al instinto de los niños, rebeldes, sapos, drogadictos, indignos, locos, delincuentes y mujeres despechadas, tortugas.

Caminó por el segundo piso y se asomo para calcular donde caer como araña mediante una boza hecha de telaraña que había juntado de las tantas que su ex amigo había botado y desperdiciado, disparado y había dejado por todos lados de tanto borracho, calcular para caer justo en su frente, para apuntarle, aleccionarle por única y ultima vez, se lanzó tan preciso logró sostenerse a la altura perfecta le encaró a la araña, te sientes bien? - De maravilla pero que gracioso que te ves tortuga a que vamos a jugar esta vez, que haces en ese rifle apuntándome amiguito, te vayas a hacer daño.
-la probaste verdad?
-que cosa
-mi cosa, los polvos mágicos
-de que hablas amigo pásame la botella de whiskey por favor déjate de huevadas
- te enseñaré que es de verdad maravilloso
- ahora si, que carajo te sucede mierda, (se repone en la silla en la cual estaba medio sentado como estiércol de pájaro)
- nadie, menos un feo amo como tú jamás tocara mi cosa
En eso no soportando mas palabra de la araña cuya cara era amorfa con ojos y orejas humanas pero con pedipalpos enormes en lugar de boca con una tráquea espeluznantemente peluda y cuya cabeza siempre se mantenía húmeda debido a no sé que, se puso a recordar la vida y en lo que el problema de vivir se había convertido, sus primero años como humano, los agujeritos que le gustaba hacer en los catillos de arena, los disfraces que su papá le compraba, a su guapos padres, a la religión católica, a Dios, las putas y ... pum!

El disparo dividió la cabeza del cuerpo de la araña, la escopeta enorme había hecho su trabajo eficazmente y no era necesaria mas artillería, la tortuga tiró el arma en los pisos recién limpiados por él de la sala que eran de color blanco y negro dispuestos como tabla de ajedrez, después de eso subió al segundo piso entró al cuarto de baño en donde a martillazos extrajo la tina de la araña y arrancándola con todo y la estructura de cemento la bajó a donde estaba la tortuga, y donde se puso a desollarla con tanto profesionalismo y esmero cantando canciones que la araña le había enseñado, … yo juego por el valle, juego en cada detalle, las aves no son morosas, las rosas negras son hermosas, el sol nunca se queda mudo, yo por aquí soy el único rudo la la la la la , yeah,yeah, yeah, yeah …..la blanca tina era ahora un gran tanque que de rojo se había teñido, y produciéndose unas olas pequeñas en ella producto de algún compuesto bacteria que la araña había cogido, también le había quitado la carne la cual metería a las refrigeradoras enormes que estaban en el sótano, y lo habría hecho para después canjearlo por madera al buey puesto que la araña era la única que se encargaba de robarla, sabía que el buey también le gustaba comerse a uno que otro tipo, esto no le duraría para mucho tiempo pero ya idearía como conseguir madera con otras perversidades, luego comenzó a darse una pausa, se fue a su recámara en el primer piso muy pegada al los patios traseros, se metió tiros de coca unas 5 líneas de 25 centímetros cada una las cuales aclaraba con whiskey rojo doble.

Se dirigió de nuevo a la sala, siguió desollando las extremidades de la araña humana color madera también, tenia el color del cajón de la tortuga, después se puso a limpiar el desmedro que había hecho a cien km por hora tan rápido tan exacto con sus herramientas y desinfectantes que despedían unas burbujas miles las que perfumaban el ambiente con un olor a vainilla, limpió absolutamente todo y metió los órganos entrañas y vísceras fosforescentes y la sangre inservible en unas bolsas color verde para la basura cuya gentuza encargada pasaba en la media noche a recogerla y llevársela de comida al rey del país nuevo por reunificación llamado shock, solo se quedó con los huesos, los cuales armaría, era lo que se había dispuesto y que lo mantendría ocupado los próximos meses tener su esqueleto como exhibición y a cuyos visitantes cobraría entradas caras en euros hechos de piedra lunar, una idea que recién se le había ocurrido al irse a bañar a su cuarto, después se le ocurrió también relatar el cajón de la tortuga y después se despidió diciendo nadie mas will play con mi juguete, nadie mas jugará con el polvete, nadie nadie…


Gata: minino donde está la tortuga de madera que te traje de Iquitos?
Yo: está en mi cajón de la repisa minina, se le rompió una patita, ya la arreglaré, miau, miau.

martes, 10 de abril de 2012

EL CAJON DE LA TORTUGA 7

Las girls se iban extraviando a lo lejos, introduciéndose al edificio, volteé antes para verlas todo mal sentado, achacoso, fijándome en sus fachas de costumbre, de repente sentí que me acongojaba abandonarlas, es que en mis adentros aseguraba que sería para siempre, me fruncí e inmovilicé el ligero palpitar de mi ojos melancólicos para que el taxista no joda y liberando mi cabeza de las pasadas centurias en las cuales nos habíamos vacilado ellas y yo, penetrado, bebido y chorreado de sus pezones, sudor y los elíxires de sus gemidos, imputaciones, bravuconerías y escombros de personas que ellas dejaban tras sus pasos tan comprometidas con el error.

El taxista que tenía cara de atraso a lo que pasaba se dio la media vuelta y empezó la retirada hacia mis aposentos y yo iba tan apestoso, tan disminuido pensando en la inestabilidad de mi vida, abandonado por elección tras fracasos matrimoniales, tras estas metamorfosis crueles y mala voluntad, tras tanto ostracismo, ocultamiento a la verdad de lo que en realidad hay que vivir hay que sopesar así nos colme de desestima, hay que convivir y compartir con tanto ser ridículo, con tanto pretencioso, con la ineptitud e idiotez universal, con tanta ignorancia, con tantas bombas, con tantas electrocuciones humanas, con tanta aniquilación y experimentos, con tantas ventas a los sonsos habitantes, pero ya era mi costumbre pensar así que respire hondo y saque mi cabeza por la ventana, había apagado la música ya que se había ido el alboroto procedente de las piernonas criaturas.

En eso me cayó del cielo un polvo abundante que identifique al instante como cocaína de la mejor calidad, en fin no era lo mío así que me la sacudí rápidamente cuanto pude y hasta se la tiré al taxista que me había estado mirando envidioso, quedó tirada también por todo el carro tapizado de cuero con piel de dinosaurio clonado, ya después me encargo yo de limpiarlo! exclamó , seguro que si le respondí. En este carro de 1000 km hora habíamos volado a mi hogar, muy alejado, en una provincia en el hemisferio sur, muy rocoso, muy desértico, menos jodido, mas vaquero, al cual llenaba con músicas de sinfónicas, con lo quebrado que se escuchaba los sonidos de unos discos de punk que habían sobrevivido al exterminio, era una residencia media en ruinas pero bien dispuesta y decorada, con mejor salud desde que mi tortuga había pasado sus nalgas tras esas puertas de madera bien pulida y reforzada con ángulos de plata, todavía se podía vivir… todavía se podía vivir… me cantaba a veces la tortuguita revoloteando por toda la casa, dejándome sorprendido y contagiado de su alegría y positivismo.

Teníamos muchas recámaras varias casi intactas también de madera barnizada en sus interiores y ornamentas como toda la casa era un brochazo que se le había caído a algún menso querubín, así caminaban los años tan rápido, así nos entreteníamos con la radio y tv con programación bien bizarra y patética, nada del otro mundo, nada nuevo, así el hogar subsistía con amplios jardines muy crecidos algunos con plantaciones, los mas apartados, en uno de los cuales había encontrado a mi amigo entero y confidente. Habían orificios abstractos por pasados derrumbes y también de los actuales o futuros, los tapábamos con madera caoba que robábamos de un vecino con cara de buey que andaba tanto de amante que no se percataba de esto, de cualquier forma a él le sobraba, verga y madera, hacíamos leña y reposábamos jugando naipes, dados, monopolio en el Sodoma, apostábamos insectos, dinero prohibido, ropa de 1500 y alcohol, mucho alcohol.
Y de repente…

miércoles, 29 de febrero de 2012

EL CAJON DE LA TORTUGA 6

Las chicas justo habían salido de los servicios perdiéndose el show, y ni bien se sentaron me preguntaron si me había animado por presentarles a mi tortuga, te va a costar barato jadeaban, al fin les respondí que no gracias y les dije que se fueran a sus casas y que si querían les pagaría el taxi y las acompañaría, muy bien respondieron, tomamos uno bien tenebroso a esa hora 2340 de la noche con un chofer con cara de loco, sucio y odorante a berrinche como todo taxista, en un carro negro y de los años 1900 muy reforzado, el camino era de cuarenta minutos y mientras ellas charlaban atrás borrachas acerca de sus próximas víctimas yo alzaba el volumen de la radio chatarra del chofer que me permitía, en la cual se escuchaban operas a esta hora en una frecuencia que había encontrado gracias a Dios.
Volando por los cielos a veces espesos a veces despejados de la mierda de virus volantes que este carro de mierda raspaba sin cautela, cielo del cual a veces esperaba algo, esperamos no se de repente ya lo habíamos hecho todo, no había mas que dar ni a que resistirse, no había mas drogas, lisuras, artefactos, es tan inútil ya desafiar a alguien animar a alguien, todo parecía aburrirme lejos cerca, alto o remolcándome, estoy a diez minutos de mi casa pero acompaño a estas desdichadas a su hogar porque si se enteraran donde vivo caerían rociadas por Satanás a mis aposentos, a los de todos, a los de mi tortuga, que a veces miro de reojo hasta que se marche de mi presencia para que no me vea podrirme o masturbarme, o quebrar espejos, cachar putas, vomitar sin ataduras, la veo de reojos tras cada puerta para no contaminarle y no contarle mas de lo que debería saber para no ser uno mas, un zombie. La opera suena y rememoro a mis hermanos que no frecuento hace tiempo, me entraban las preguntas donde estarán pecando o balbuceando, que cosa estarán ganándose o perdiéndose, se preguntarán acaso por mi ser, acaso olvidaron que cosa era yo, acaso siempre resignados a mi chasqueo mental, a mis inmoralidades contra los cuales pelee, me ganaron y también me las cache aunque de rodillas.
Monto a la opera como a un toro pero armonioso y me vuelve loco pero no me deja caer, me acompaña con su vida que da vida con su retumbar que extiende la mano y me ayuda, me siento concentrado, embelesado, aludido por sus notas no importando quien me acompañe, no importa que me haya suicidado, no importa si hubiese amado o no, o laborado el día de hoy, cuando las leyes me lo ordenan o un abuelo convenido, el patrón, los cuernos destrozan mis temores y algunas nostalgias que habían quedado de las mejores, de las manos de mi madre, de mis profesores de lengua e historia, eso es algo más simbólico que las mujeres y dinero impropio, indecente, espectáculos y celebraciones, que mas da el esfuerzo en un trabajo donde al final ningún sueldo es satisfactorio, la gula es insatisfactoria, las conchas son insatisfactorios, el cariño es insuficiente así sea de miles de años, en fin. Aclaramos el aspecto de la noche pasadas las doce se bajaron ellas del carro al llegar a su lugar sombrío tan lejos de donde yo vivo, o finjo vivir, éste es un gran edificio de gente avezada, drogadictos niños, viejos jóvenes todos tan animales , fieras asesinas, era su barrio inalterable un lugar donde se cocinaban los planes mas maléficos, abortos, experimentos, cada cuarto tan sucio, cada ventana tapiada, luces que provenían de cabezas partidas de cadáveres que algún día fueron aristocráticos como en los años 1900 tan bellos eran guerras y amores bellos , no los de ahora que se prestaban ya no para escribir libros sino para quemarlos porque leer, eso de leer nos ponía suicidas, parcos, anoréxicos, delirantemente tristes, mas humanos.

lunes, 27 de febrero de 2012

EL CAJON DE LA TORTUGA 5

Un perro policía a mi llamado acudió apenas marque el código en mi teléfono celular que había robado hace 50 años a una abuela taxista, que solo usaría en casos de emergencia y que no marcaba a alguien hace 38 años, a la ultima que llame fue a Canona una enfermera que me curaba de que mis testículos no explosionaran a causas de los cambios prostáticos cuando me acostaba boca abajo arriba de ese culo tan hermoso tan marcado, tan prisionero de mujer, que desengancharían cualquier hebilla de pantalón y de cualquier ser en este planeta y el de muchos otros apostaría yo, el perro se paro al costado mío y del mesero un cerdo con patines, contamos lo sucedido a lo que el perro llamado Cesáreo sin mediar frase alguna le mando un derechazo seguido de su codo, un doble golpe casi mortal sacándole un ojo al gordo que comenzó a arrancarse la ropa con matices de Nerón, con feroz dolor, implorando por su creador, llamando a su amigo Casan Casan!.


Casan intentó conectarle a Cesáreo un derechazo también en respuesta pero el perro dálmata enorme lo esquivó y abriendo luego su pezuña izquierda mostrando sus garras que parecían colmillos de unas tres pulgadas, arrancó media cabeza con media nariz y media boca que todavía respiraban luego con sus demás extremidades inertes diciendo, una mesa por favor… una mesa por favor…, por fav… los comensales se jalaban el cabello con la sangre, cerebro y mocos que había salpicado tan alborotadamente, todos con los nervios despavoridos comenzando a sollozar, el perro no satisfecho con esto aspiro y aspiro aspiro y aspiro como el lobo de un cuento ancestral con un soplido botó por donde entraron a los intrusos, insanos insanos ! terminaba de gruñir el perro que limpiaba su uniforme de policía y su gran pata con servilleta de filigrana que le entregábamos el cerdo y yo, yo y el cerdo, todos cerdos, muchas gracias exclamamos gracias señor policía, de nada cuídense respondió, y salió guapito como siempre llevando en una bolsa de plástico la media cabeza de Casan la cual llevaría como suplemento dietético para su próximo almuerzo, las féminas del lugar se llevaron las manos a sus partes y lo vieron como siempre, deseándolo.

miércoles, 15 de febrero de 2012

EL CAJON DE LA TORTUGA 4

Bueno, desde ese día en el que tocó mi indiferente alma solo tuve la necesidad de protegerlo, nunca llego a crecer mucho hasta el día de hoy y ha aprendido varias manualidades, a desempolvar la casa, a cocinar, tocar la guitarra y a hacer ejercicios matutinos teniendo la esperanza de poder crecer, se porta de lo mejor aunque una vez lo encontré aspirando cocaína, la verdad personalmente no creo que a eso se deba tremendas habilidades, pero yo lo exculpaba porque era ocasional me había dicho, ni se le nota, bueno hasta ahora nos cuidamos el uno al otro, sin dejar que alguna mujer o bicho interfiera en nuestra amistad, él era casto, fue de esto que les narraba a las locas, cuando me insinuaron sus intenciones de violar a mi tortuga, a lo cual respondí que me iría a los servicios, en realidad me habían entrado unas nauseas extremas por vomitar y cagar, no pude responderles como se merecían porque se iba a poner fea la cosa, me voy al baño les dije a mear pero ellas levantaron mas sus voces triquiñuelas diciéndome que ellas irían primero porque se les había corrido el maquillaje, yo les dije que estaba bien me daba igual lo importante era no verles al menos por un lapso sus diabólicas caras y se vayan los malestares.
Yo miraba el paisaje que se me advertía en cada movimiento de mi horrible cuerpo que había mutado ya decenas de veces en tantos años que se iban por un tubo y salían por los belfos de los andes necios. Los parroquianos del bar sacaban cada cierto tiempo su espray con olores y compuestos que a cada uno satisfacía o curaba de sus males yo no tenia ninguno, ellos habían transformado demasiado por vivir en las grandes ciudades y yo todavía, esperaba nunca ser tan inmune a polución, enfermedades, virus y armas biológicas que se habían difundido o colado por cada país e islas en la tierra, eso todo producía una niebla espesa y rancia cada vez más fuerte y cargada, monstruosa que trotaba por el mundo, algunas chicas y mujeres tenían rostros hermosos pero tenían extremidades de pájaros y cuadrúpedos, otros hombres fortachones pero no tenían bolas y llevaban una voz de radio transistor y con fisonomía de insectos, mamíferos, peces, etc. usaban prótesis hasta de ombligos.
Ya hace tiempo habían entrado por el mismo portón dos hijos de puta un gordo y un enclenque con ganas de joder, es que no había ninguna mesa disponible y ellos habían estado parados hasta el hartazgo 1 hora y ya no pudiendo soportar el punzón de la espera se agarraron los lugares de mis amigas en mi mesa sin mediar palabra alguna con elocuente desparpajo e insolencia fruto de que a sus madres, actualmente un sapo cruzado con toro las estaba embutiendo con su polla todos los días del señor, el gordo le dijo al flaco alto, antes habiendo dado mi negativa con la cabeza a que posaran sus asquerosos traseros -no quiere que nos sentemos - el flaco dijo:
Algún problema? Acaso has comprado la mesa carajo? apuntándome con ojos de analfabetismo enojado y frunciéndose amenazante, agarrándose la cola de tiburón que aparentaba pesar unos 20 kilos.Yo me quedé callado cogiendo mi tequila, alzándolo y ofendido terminando de tragármelo a pequeños sorbos que sentía como estar bebiendo líquido de frenos con anguilas miniatura alegres de ingresar a mi ente, ante semejante atentado.

viernes, 10 de febrero de 2012

EL CAJON DE LA TORTUGA 3

yo ya sabía que me iba a pasar esto antes de venir, porque entonces porque me hacía esto a mí una vez más por qué tal malquerencia, tanto carbón neuronal, civil, lógica, moral, cuando me había corrompido tanto?, porque habría tenido la necesidad degenerar mi alma, porque experimentó el señor conmigo, porque me he borrado del espacio yo mismo, habiendo a mi amor traicionado, cuando antes navegábamos con una brújula que nos dirigía hacia el verdadero compañerismo y placer sin igual, tan amorosos tan unidos, tan mimados, limpiándonos nuestra mierda, sacando nuestras hostias que rezábamos, bañándonos de fresa con leche felina, con jugos de las cañas de azúcar de gran calibre y tan altas como una jirafa fascista, que surcaban nuestros labios o crema de mango untados en baguettes que no tenían cuando morir. Pero a estas damas, chúpenlo entre comillas, les había narrado algo así de mi tortuga. Mi tortuga que no sabia como orinar, había amanecido un día, el día en el que empezó ya hace centurias a vivir en mi pueblo extraño y desolado, no había mas tortugas que ella, humanos con verga doble, perros policías, gatos jueces y caballos montando cerdos, gallinas que ponían árboles miniatura, nutritivos en vez de huevos ordinarios. Mi tortuga quería aprender de todo pero obviamente la velocidad le jodía, quería hablar con alguien o llegar a cierto destino ya todo el siglo 21 borrado, era muy pequeña y nadie le daba importancia creyendo que era una piedra o una basura propiedad del campo agreste vaquero en el que vivíamos y cuando dije que no sabía orinar era que no sabía en que pose hacerlo, se le había metido en la cabeza tener una pose parado, echado, de costado, patas para arriba o como había visto en los dogs levantando una pata. Bajé cierto día de una planta enorme en cuyos bajos la tortuga reposaba después de haber comido un pastito que le había hecho eructar como mierda, muy fuertemente, despertándome. Yo era una araña humana espantosa francamente, lo confieso, con unas patas que son veinte veces mas grande que mi abdomen y tráquea, y soy babosa muy babosa, me quedé mirando a la tortuguita unas dos horas y cuando ella despertó de la siesta que se le había antojado la toqué con una de mis astilladas extremidades y diciéndole largaos de aquí mierda dura!.
Por fin ! exclamó la tortuguita alegrándose porque creía que resolvería sus dudas, por fin que? dije engrapando mis pedipalpos
dime como es que debo orinar, respondió
Como que orinar?
-cuando quiero botar el agua de mi pene como debo hacerlo me refiero como es la manera correcta de hacerlo, decentemente, quiero decir
-hazlo como quieras a nadie le importa solo eres un animalito mas, no tienes que ser educado, ni gentil, ni caballero, ni mierda
-me da vergüenza señor, usted se ve tan bien orinando parado, con ese falo tan hábil
-de que hablas carajo! respondí, y me senté con vergüenza en una piedra que brillaba, al ver en él a un casto y débil niño, a alguien que no sabía del infierno de camales y del polvo infeccioso que inundaban a todo ser móvil o no.
-pero yo no puedo pararme me doy cuenta que es porque soy todavía pequeño, pero cuando sea grande quisiera ser como usted.
-mira tortuguita solo te puedo decir que no te puedes fiar de nadie ni un segundo, aunque este pueblo es muy pequeño y no hay tanta degradación o exterminio de la naturaleza como en los países industrializados y ricos, ni terremotos de cabezas, ni clonaciones delivery, ni experimentos, ni polución, o anthrax en las paredes, ni alienígenas cachando a vuestras madres, aluviones de pescado, políticos con cuatro cabezas, ni perros policías
-que hay de malo con los perros policías, preguntó mi tortuga
-es que ellos se llevan las mejores chicas con ojos camaleónicos, son seductores y miden como dos metros, unos putos, ellas andan detrás de ellos siempre, estoy envidioso.